PERDER BIEN Y GANAR MAL
Hay un juego sencillo de ajedrez que
se llama "Ganapierde". Gana el primero a quien le comen todas las
fichas. Algo parecido nos propone el Señor a lo largo del Evangelio. Víctor
Frankl lo comprendió muy bien en el campo de concentración. "Es
mejor perder bien que ganar mal" (Mt 16, 24-28). Lo
importante no es ser perdedor o ganador: "Hay buenos perdedores y malos
ganadores". Hay quien se realiza a sí mismo en medio de un fracaso
y quien en medio de un gran éxito económico, político o social, se destruye a
sí mismo como persona. En el fracaso de la cruz realizó Jesús su destino y fue
salvación para nosotros.
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