sábado, 24 de octubre de 2015
DIOS EN TODAS LAS COSAS
...DIOS EN TODAS LAS COSAS...
«Sólo logra hallar a Dios en todas las
cosas, experimentar la transparencia divina de las cosas, quien encuentra a
Dios allí donde él ha bajado a lo más espeso, a lo más cerrado a lo divino, a
lo más tenebroso e inaccesible de este mundo: la Cruz de Cristo. Sólo así se
vuelve limpio el ojo del pecador, se le hace posible la actitud de la
indiferencia y puede hallar a Dios, que le sale al encuentro en la Cruz y no
sólo donde él querría tenerlo» (Karl Rahner).
martes, 20 de octubre de 2015
EL ARTE DE AMARGARSE LA VIDA
EL ARTE DE
AMARGARSE LA VIDA
¿Qué puede esperarse de un hombre?
Cólmelo usted de todos los bienes de la tierra, sumérjalo en la felicidad hasta
el cuello, hasta encima de su cabeza, de forma que a la superficie de su dicha,
como en el nivel del agua, suban las burbujas, dele unos ingresos que no tenga
más que dormir, ingerir pasteles y mirar por la permanencia de la especie
humana; a pesar de todo, este mismo hombre de puro desagradecido, por simple
descaro, le jugará a usted en el acto una mala pasada. A lo mejor comprometerá
los mismos pasteles y llegara a desear que le sobrevenga el mal más
disparatado, la estupidez más antieconómica, sólo para poner a esta situación
totalmente razonable su propio elemento fantástico de mal agüero. Justamente,
sus ideas fantásticas, su estupidez trivial, es lo que querrá conservar.../.
Estas palabras proceden de la pluma de
un hombre que Friedrich Nietzsche consideraba el más grande de los psicólogos
de todos los tiempos: Feodor Mijailovich Dostoievski. En realidad sólo dicen,
bien que en un tono más elocuente, lo que la sabiduría popular sabe desde
siempre: "no hay nada más difícil de soportar que una serie de días buenos".
Ya es hora de acabar con los milenarios
cuentos de viejas que presentan la felicidad, la dicha, la buena fortuna como
objetivos apetecibles. Demasiado tiempo se ha tratado de convencernos -y lo
hemos creído de buena gana- de que la búsqueda de la felicidad al fin nos
deparará felicidad.
Lo gracioso del caso es que el concepto
de felicidad ni siquiera puede definirse: «289 pareceres contó Terencio Varrón,
Y Agustín abunda en este sentido. Todos los hombres quieren ser felices, dice
Aristóteles». Una sabia historia judía al respecto narra que un hijo manifiesta
a su padre el deseo de casarse con la señorita Katz. «El padre se opone, porque
la señorita Katz no aporta nada. El hijo replica que sólo será feliz se casa
con la señorita Katz. El padre le dice: "Ser feliz, ¿y de qué te servirá
esto?"».
No nos hagamos ilusiones: ¿qué
seríamos o dónde estaríamos si nuestro infortunio? Lo necesitamos "a
rabiar", en el sentido más propio de esta palabra. (Paul Watzlawick)
lunes, 19 de octubre de 2015
EL PATIO DE MI RECREO
EL
PATIO DE MI RECREO...
Hubiese podido decir
no, y saltar -¿a santo de qué? se preguntaba-, pero se negó a elegir y trató de
recordar olvidando la facilidad con que se pierde la supuesta memoria... ¿Pasó
por allí, de veras? Lo que sí había pasado de veras fue el balón raspando
interiormente el poste imaginario que crecía sobre una de las piedras que
marcaban la portería, y al que no pudo alcanzar el portero de ningún modo:
¡Gol! gritaron todos, corriendo a felicitarle, sin percibir que el balón había
seguido su endemoniada trayectoria hasta golpear de lleno la cara de una niña,
que contemplaba los saltos de otras que jugaban a la goma, sentándola de culo
en el suelo... Y todo fue llanto entonces, el de ella, sin saber explicarse qué
había pasado, pero sintiendo de algún modo que el mundo está lleno de sorpresas
y no podemos asegurar que el cielo no vaya a caer en cualquier momento sobre nuestras
cabezas... (como cada poco aseguraba Abraracúrcix, el jefe de Asterix y Obelix).
Ya entonces su
capacidad para trastocar la realidad era increíble, aunque terminó curándose,
si bien no todos opinan lo mismo. Sintió que más tarde o más temprano alguien
le chivaría a ella quien fue el autor de semejante portento y que él pasaría a
ser para siempre el objeto de su odio, y de su miedo. A esa edad la memoria
tiene facilidad para olvidar los percances negativos, pero de algún modo,
inconscientemente, o vaya usted a saber cómo y por qué, su sola presencia sería
un indicio de que el cielo podría volver a caer sobre ella...
Lo cierto, en aquel
momento, es que se hubiese dejado cortar la pierna que metió el maldito gol
porque le hubieran permitido disculparse, pero a la maestra, doña Elena, eso le
traía sin cuidado. Puso de rodillas alrededor de en un circulo que había
dibujado en el suelo del aula de las chicas a todos los futbolistas y se dedicó
a darles patadas en el culo -con aquellas botas altas con plataforma-
acusándolos de animales. ¿Acusándolos de animales mientras les daba patadas en
el culo?... ¿Qué no darían l@s maestr@s de hoy por poder disfrutar, siquiera
una hora, de aquellos maravillosos años?... Mientras, todo hay que decirlo,
ellas se reían.../.
jueves, 15 de octubre de 2015
RETRETE DE MI INFANCIA
DIOS, DIOS,
DIOS...
Esa era la única palabra que salía de mi
boca, como una letanía susurrada, aspirada hacia dentro, mientras, rodilla en
tierra, yo salía del barranco de la basura: Dios, Dios, Dios... Era verano, la
hora de la siesta, y el apretón me hizo ir al retrete. El ejercicio en
suspensión exigía toda la atención, y no importaba que se nos olvidase el
papel, porque también lo sabíamos hacer de memoria.
Dios, Dios, Dios..., iba diciendo
mientras me acercaba a la caldera del agua de donde bebían las mulas,
quitándome la camisa para lavarla, y los pantalones, y los calzoncillos... No
podía evitar sentir como un escozor cálido desde la nuca hasta la rabadilla.
Al principio me había apoyado bien, en
el borde, pero se trataba de una hora soñolienta, se me entornaron los ojos, se
elevaron las comisuras de los labios, y cuando me sentí volar, desperté en
medio del vuelo, porque me estaba cayendo de espaldas sobre los frutos de mi
relajación.
¿Por qué me acordaba de Dios en
semejante trance? Imagino que por instinto, como contrapunto, aspirar a lo más
alto, tras la caída en lo más bajo.
¿CÓMO DE VERDADERA ES TU ALEGRÍA?...
¿CÓMO DE VERDADERA ES TU ALEGRÍA?...
Seguramente
que ya sabes que en el modo directo de la autorrelización, la persona
únicamente se ama a sí misma y gira desesperada alrededor de su ombligo,
agotando así sus energías. Todo en vano, pues por ese camino no podemos devenir
realmente libres, porque con esa actitud no hacemos otra cosa que crisparnos
cada vez más. Y la verdadera felicidad consiste, por el contrario, en estar
sosegado, en saber desasirse. En no pretender alcanzar a ser algo, ni siquiera
uno mismo, sino atreverse a permitir que todo sea y adquirir la capacidad de
comprometerse con algo: "Tener un proyecto"...
...Sin
embargo, la aislada exhortación al altruismo (o, dicho en lenguaje tradicional,
al llamado "sacrificio") ha "corrompido" de manera duradera
también el cristianismo y la moral cristiana, en especial cuando todo esto es
aprovechado por gobernantes terrenos -ya espirituales, ya temporales- para
establecer y consolidar su dominio. La entrega no es un fin en sí. El
sacrificio por el sacrificio sólo favorece formas aberrantes -en apariencia
cristianas- de sadismo y masoquismo y constituye, pues, un peligroso absurdo.
Cuando
se presenta así, falta algo que para Jesús, pero también para Pablo y Juan, se
halla inextricablemente vinculado con toda entrega: la alegría. En el dicho
sobre cómo ganarse a sí mismo, Jesús no habla directamente de ello; no obstante,
él no asume el papel de quien tiene poder para forzar el don. La alegría debe
ser acentuada, como muy tarde, allí donde puede surgir la sospecha de
exterioridad. Así, ya el judaísmo afirma que Dios sólo siente cariño por quien
da con alegría. Y refunfuñar cuando se hace limosna, o sea, cuando se regala,
es considerado delito.
Alegrarse
de la alegría del beneficiado: únicamente eso hace humano el dar. Hasta
entonces no se sustrae todo ello al masoquismo y deviene digno del ser humano;
sólo así deja de constituir un consuelo ilimitado. Alegrándose de la alegría
que causa, uno se ha ganado ya a sí mismo. La alegría que se experimenta al
regalar compensa los dolores de parto del yo. No en vano, nos ganamos en la
medida que nos desasimos de nosotros mismos, nos encontramos en la medida en
que nos perdemos. Somos felices en cuanto hacemos felices a los demás y nos
alegramos del reflejo. Saber que uno hace felices a los demás: en eso consiste
la felicidad. De ahí que la alegría sea el único y verdadero sentido de todo
proyecto humano, de toda vida individual. (KB;J. & Cía.)
lunes, 12 de octubre de 2015
LA MULA "SIN-NOMBRE" (COLECCIÓN: LCDMV.- LA CASA DE MI VIDA)
GÉNESIS
...Yo fui el navegante
sobre los rayos del sol
entre nubes y árboles,
acequias y lagunas...
sin castillos,
ni templos...
...sólo
vientos, vientos, vientos.../.
LOS TRABAJOS Y LOS DÍAS
LOS
TRABAJOS Y LOS DÍAS
...Huevos fritos con chorizo
en el almuerzo, sobre las diez,
mientras llenábamos a capachos
de paja el pajar,
porque también podía llenarse de
melones,
de tomate embotellado, de
jabón...
Era verano, hacía calor,
picaba...
...y la felicidad era mojar pan.
Yo aún ni tan siquiera sabía,
tan feliz,
que
éramos pobres.../.
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